1.- El niño debe estar estimulado por nosotros a través de las guías, los instrumentos de trabajo, la organización en general de la clase.
2.- El niño necesita actuar con todo su cuerpo, no solamente con su inteligencia: Es necesario que poco a poco su cuerpo vaya siendo un dócil instrumento de su espíritu, para eso necesita usarlo. El niño necesita moverse, estar en actividad para que vaya ejerciendo un dominio cada vez más consciente de su cuerpo. Regularmente se entiende que la disciplina va unida a la inmovilidad, pero si inmovilizamos al niño no sólo limitamos su crecimiento físico sino también su desarrollo mental.
3.- El niño necesita aprender a decidir por él mismo y a asumir sus propios actos. Así logrará su educación en la libertad. La libertad no consiste en hacer lo que a uno se le antoje. Tampoco responder a mecanismos que nos vienen del exterior (moda, publicidad, etc.), o a automatismos. Educar en la libertad es ayudar a vencer las esclavitudes a las que nos vemos sometidos.
4.- Hay momentos, tiempos y acciones en que esta liberación es más fuerte, más consciente en el alumno. ¿Cuáles son las oportunidades en las que el alumno puede tomar decisiones?
La previsión que el niño hace al final del día: se le ayuda a que reflexione sobre lo que hará al día siguiente y que llegue a la escuela a hacer lo que previó. Los padres pueden ayudar mucho: ¿Qué hiciste hoy? ¿Qué harás mañana?, ayudarle a recordar lo que él ha previsto. Una vez que se ha ayudado al niño a pensar en lo que hizo y lo que hará al día siguiente, viene un momento muy importante: poner por escrito eso que ha planeado. El plan de trabajo. Al alumno corresponde elaborar “su propio plan”.
5.- Relación continúa con los demás. La vida social es una “creación” continua de relaciones cada vez distintas, nuevas, diferentes. Es peligroso que éstas sean predeterminadas o prefabricadas por el profesor o por los padres, pueden provocar el conformismo, la rutina, los perjuicios, etc. La actividad del grupo es detestable cuando conduce a cada niño a ser igual a todos, a hacer lo mismo que los demás, pues esto mata la creatividad y lleva al conformismo, a la inercia.
6.- Todo trabajo escolar, para ser considerado como tal, ha de ser creativo. La creatividad es factor esencial de toda educación, no se puede promover la investigación y el progreso si no está desarrollada en los hombres. No existe verdadera creatividad sin rigor. No puede existir una sin la otra.
En todo este proceso es necesario tener en cuenta que este desarrollo riguroso y creativo tiene en cada niño un carácter propio y original que no puede ni debe de ser una copia de nadie.
Autor: Pierre Faure.
Foto-pensamiento: Cipichicos.